miércoles, 23 de noviembre de 2011

BENITO TAPIA (Arturo Volantines, 1955)

Buscamos tus vértebras/banalmente
en el huerto de los “héroes y tumbas”,
porque no fueron magnolias lo que voló
...............................................ese septiembre,
sino sangre/huesos y carne/sangre/desgarros
.......................................................y duelo/sangre.
De ti, de ti, de ti, de ti, de ti, de ti sólo
nos quedó un ramo de días en el pecho.
¿Cuántos ángeles tiene tu pena?
¿Cuántos buitres tiene nuestro olvido?
¿Cuántas lenguas tiene vuestra memoria?
También se nos vio en ti:
pepino, aguatero del Limarí
cúprico-algarrobo del El Salvador:
charco-sanguíneo donde llueve la Viuda,
cuesco de chañar en el charco alojado del desierto,
de Atacama charco adentro del cerebro de las viejas
.....................................................................leyendas.
No hallaron tus huesitos,
para desaparecerte nuevamente,
para acunarte en el cadáver de la mar,
como alma gobernada por una estrella.
¡Encuéntranos, tú, hermano;
cuando en el hueso de la memoria
madurando se abra el viento!
Pero, tú, ya cántaro
en la lengua del pájaro,
como la leche cocida hostea
en los patios al Chonchón;
soplas, ay, sí,
soplplas ay, sí,
soplplplas ay, sí,
desde que te trajeron a la eternidad ese 11:
del chucho en los dientes y del tableteo en las fosas.
Muévenos, más que cañas en el estero;
¡muévenos! para que en todas tus muertes
-viejas y recientes-, nuevamente se levante la vida.

viernes, 4 de noviembre de 2011

INVIERNO EN CHILOÉ (Mario Contreras Vega, 1947)

Y no hay nadie.
No hay nada.

Salvo el sabor salobre del mar que esparce el viento
entrañas de cipreses galopando en la orilla
de la lluvia.

Y no hay nadie,
no hay nada
en este invierno nuestro.

(Agazapados los hombres admiran ese viento
los árboles que vuelan sin alas en la noche
los feroces alambres que silban alumbrando…)

Y los navíos roncos de mojarse los dedos
que en la muralla verde se hunden, dormidos.